Todo empieza contigo

Todo empieza con esa chaqueta en tu armario que hace tiempo que no usas. Vistes chaquetas con frecuencia, y es posible que esta en concreto la saques en varias ocasiones y hasta te la llegues a probar con tu outfit de ese día. Pero por un motivo u otro al final nunca sale de casa contigo.

moda_fin_social_humana_secondhand_cooperacion.jpgEsa chaqueta puede servir para mucho más que ocupar espacio en tu armario y hacerte sentir culpable por no usarla. Si la donaras en una de nuestras tiendas Humana por ejemplo podrías obtener un descuento con el que comprar otras prendas secondhand que sí vayas a utilizar.

Además estarías convirtiendo esa chaqueta en un recurso, un recurso que Humana podría poner a la venta para que la usara otra persona. Y con el dinero obtenido por ella se podría contribuir a la formación de un profesor en Angola, o a la creación de un club de agricultores locales en Zambia, o a la formación profesional de jóvenes en Guinea-Bissau, o a la asistencia de emergencia allá donde surjan.

También puede contribuir a la creación de algún huerto urbano ecológico en España que fomente la creación de lazos sociales entre vecinos y personas en riesgo de exclusión, o a la sensibilización sobre la importancia de la reutilización en colegios, o al reparto de ayudas a la vestimenta a personas con pocos recursos en España.

La gestión del textil usado con fin social es la razón de ser de Humana: acciones que protegen al medio ambiente (prevención de generación de residuos) y que tienen la finalidad de apoyar a las comunidades que lo necesitan.

Y todo esto empieza con tus donaciones de calzado y ropa. Todo esto empieza contigo.

Si quieres saber más sobre el funcionamiento de Humana visita nuestra web.

 

El 95% de las prendas que se tiran a la basura podrían ser reutilizadas

Vivimos en un mundo en el que la acumulación de prendas de ropa es lo habitual. El constante cambio de colecciones en las grandes cadenas de moda generan un ir y venir de tendencias y fads que dejan obsoleta la mitad de nuestros armarios en cuestión de semanas. La consecuencia es que volvemos a comprar ropa «a la moda», una y otra vez, y esto no es sostenible.

No es sostenible porque la producción de moda consume gran cantidad de recursos y emite muchos gases de efecto invernadero. Producir unos vaqueros supone la emisión de 13 Kg de CO2 y el consumo de 6.800 litros de agua. Producir una camiseta de algodón supone la emisión de 3,87 Kg de CO2 y el consumo de 2.500 litros de agua. Para obtener 1 Kg de tejido de algodón se emplean 3 Kg de productos químicos. Con cada una de nuestras compras contribuimos a este impacto medioambiental.

La tendencia general es a externalizar responsabilidades, principalmente a las empresas y a los administraciones públicas. Pero como individuos también tenemos una responsabilidad y podemos hacer mucho al respecto: desde la comprar solo lo que necesitamos y evitar las adquisiciones por impulso, comprar prendas fabricadas de modo sostenible o secondhand, y poner de nuevo en circulación la ropa que ya no vamos a utilizar.

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La acumulación de prendas en nuestros armarios, además de poco amable con nuestros bolsillos, no resulta sostenible para el Planeta, especialmente si no las utilizamos. Cuando no vestimos una prenda lo más responsable es introducirla en el mercado de segunda mano, para que se vuelva a poner en circulación y otra persona la pueda aprovechar.

Si el 95% de las prendas que terminan en el vertedero podrían ser reutilizadas, es necesario que hagamos el esfuerzo de buscar el lugar adecuado en el que depositar las prendas de las que nos vamos a deshacer. Imagínate lo que podríamos ahorrar en emisiones y consumo de recursos al medio ambiente. Al final la prenda más sostenible es la que ya está fabricada.

Tirar las prendas que no quieres a la basura puede ser lo más cómodo, pero es una irresponsabilidad. Busca los contenedores específicos de textil, organizaciones que recogen ropa o plataformas de venta o intercambio que tienes a mano en tu zona y da una segunda vida a tu ropa. Por nuestro Planeta y por poder seguir disfrutando de la moda que tanto nos gusta.

En Humana tienes la posibilidad de donar la ropa y el calzado que ya no usas en nuestra red de contenedores de recogida o en nuestras tiendas secondhand.

Moda y contaminación del agua

He visto ríos de pueblos (en Asia) del color de moda de la temporada del vaquero de Occidente. Hace ya algo más de tres años que María Almazán, fundadora de Latitude, pronunciaba esta demoledora afirmación en el episodio Fashion Victims del programa «Salvados» en La Sexta. Sin embargo, todavía pocos consumidores son conscientes de que la ropa que visten supone una grave contaminación del agua, tanto en el lugar en el que se produce como en el que se viste.

La contaminación del agua en el proceso de fabricación de textil va mucho más allá de los tintes, está presente en toda la cadena productiva: desde la contaminación de los acuíferos cercanos a los monocultivos de algodón, debido al constante uso de pesticidas, hasta el tratamiento del tejido con diversos productos químicos para evitar arrugas, desodorantes y tratamientos ignífugos (muy habituales en el trabajo con fibras sintéticas).

moda_sostenible_humana_secondhand_agua_reutilización_eco_fashion.jpgY a pesar de todo, el impacto de productos químicos tóxicos no se queda exclusivamente en los países en los que se fabrican las prendas (uno de los motivos por los que es más barato producir allí es la laxa o inexistente regulación en materia de emisiones y vertidos), sino que afecta también a los países compradores, principalmente Occidente. Llega a través del agua de las lavadoras en las que los consumidores lavamos estas prendas y a través de filtraciones en los acuíferos cercanos a los vertederos. Cada persona desecha cada año entre 30 y 40 Kg de ropa al año de media y solo el 10% tiene una segunda vida; el resto, acaba en un vertedero en el mejor de los casos.

El dato es demoledor: para obtener 1 Kg de tejido de algodón se emplean 3 Kg de productos químicos. 

Una vez más, se hace necesario que los poderes públicos a nivel internacional pongan límite a la contaminación del agua por parte de los productores. Pero también como consumidores tenemos la responsabilidad de optar por marcas responsables en su producción y de consumir de una forma racional, sacando el máximo partido a las prendas ya fabricadas, bien sea a nivel doméstico o en el mercado de segunda mano.

En Humana también lo tenemos claro y optamos siempre por la reutilización como primer paso para frenar el consumo desmedido de recursos: la moda no debería costarnos el Planeta. 

Y tú, ¿eras consciente del impacto en el agua de la ropa que compras?

 

Si quieres profundizar sobre el tema puedes consultar estas fuentes de referencia:
Informe Global Warming of 1.5 ºC, elaborado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU. 2018.
Informe Measuring Fashion, elaborado por Quantis y Climate Works Foundation. 2018.
Informe A New Textiles Economy: Redisigning Fashion’s Future, elaborado por Ellen MacArthur Foundation. 2018.
Artículo Style that’s sustainable: A new fast-fashion formula, elaborado por McKinsey & Company. 2016.
Fashion Revolution
Informe Destination Zero: seven years of Detoxing the clothing industry, elaborado por Greenpeace. 2018.
Informe Changing Fashion. The clothing and textile industry at the brink of radical transformation, elaborado por WWF. 2018.
Informe Carnet de vie d’un jean, elaborado por ADEME (Agence de l’Environnement et de la Maîtrise de l’Énergie). 2014.
Informe Environmental assessment of Swedish fashion consumption, elaborado por Mistra Future Fashion. 2015.
Calculadora Reutiliza y Evita CO2, elaborada por AERESS (Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria).

17.06 Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía

Ayer celebramos el Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía, jornada para concienciar acerca de las iniciativas internacionales para frenar la degradación de los ecosistemas más vulnerables a través de un compromiso a todos los niveles de la sociedad. Además se trata de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU (ODS 15.3): para 2030, luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo

Son muchos los factores que favorecen la desertificación; la industria, incluida la de la moda, tiene mucho que ver con este fenómeno. Como en muchos de los procesos industriales de la economía lineal imperante, en la moda las fases de obtención de materia prima y de fin de vida del producto son las más dañinas en este sentido.

La degradación del suelo se asocia frecuentemente a la pérdida de masa forestal. Los bosques son los pulmones del Planeta ya que transforman CO2 en oxígeno y por consiguiente contribuyen a la “limpieza” del aire. Con la erosión del suelo para extraer petróleo, necesario para la obtención de fibras sintéticas como el poliester, y los grandes monocultivos destinados a la obtención de fibras naturales como el algodón, desaparece la vegetación y se degradan los ecosistemas. 

Sin la acción de los bosques llega más CO2 a la atmósfera contribuyendo al calentamiento global, se acelera la desertificación de los suelos y desaparecen especies de flora y fauna, desequilibrando y destruyendo ecosistemas completos.

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El nivel frenético de consumo de moda impuesto por el modelo fast fashion multiplica el impacto que la obtención de materias primas  tiene en el suelo. Hay que frenar este consumo desmedido, sí, y hacer un uso más responsable de los recursos (la ropa) que ya tenemos, sabiendo la huella ecológica que supone que llegue a nuestras manos. Pero también hay que dar un giro radical al modelo de producción de moda. Es imprescindible olvidar de una vez la relación extractivista con la naturaleza y evolucionar hacia un modelo de producción circular basado en el máximo aprovechamiento de los recursos, y en la responsabilidad extendida de todo el ciclo de vida de los productos que se ponen en circulación.

Sin la combinación de consumo responsable y un modelo circular en el que se potencie la reutilización, reducir la degradación que la industria de la moda causa en el suelo es prácticamente imposible. No hay otra alternativa: como ciudadanos debemos responsabilizarnos de nuestras decisiones de consumo y demandar a las empresas que asuman sus responsabilidades. 

¿Qué vas a hacer tú?