Vivimos en un mundo en el que la acumulación de prendas de ropa es lo habitual. El constante cambio de colecciones en las grandes cadenas de moda generan un ir y venir de tendencias y fads que dejan obsoleta la mitad de nuestros armarios en cuestión de semanas. La consecuencia es que volvemos a comprar ropa «a la moda», una y otra vez, y esto no es sostenible.
No es sostenible porque la producción de moda consume gran cantidad de recursos y emite muchos gases de efecto invernadero. Producir unos vaqueros supone la emisión de 13 Kg de CO2 y el consumo de 6.800 litros de agua. Producir una camiseta de algodón supone la emisión de 3,87 Kg de CO2 y el consumo de 2.500 litros de agua. Para obtener 1 Kg de tejido de algodón se emplean 3 Kg de productos químicos. Con cada una de nuestras compras contribuimos a este impacto medioambiental.
La tendencia general es a externalizar responsabilidades, principalmente a las empresas y a los administraciones públicas. Pero como individuos también tenemos una responsabilidad y podemos hacer mucho al respecto: desde la comprar solo lo que necesitamos y evitar las adquisiciones por impulso, comprar prendas fabricadas de modo sostenible o secondhand, y poner de nuevo en circulación la ropa que ya no vamos a utilizar.
La acumulación de prendas en nuestros armarios, además de poco amable con nuestros bolsillos, no resulta sostenible para el Planeta, especialmente si no las utilizamos. Cuando no vestimos una prenda lo más responsable es introducirla en el mercado de segunda mano, para que se vuelva a poner en circulación y otra persona la pueda aprovechar.
Si el 95% de las prendas que terminan en el vertedero podrían ser reutilizadas, es necesario que hagamos el esfuerzo de buscar el lugar adecuado en el que depositar las prendas de las que nos vamos a deshacer. Imagínate lo que podríamos ahorrar en emisiones y consumo de recursos al medio ambiente. Al final la prenda más sostenible es la que ya está fabricada.
Tirar las prendas que no quieres a la basura puede ser lo más cómodo, pero es una irresponsabilidad. Busca los contenedores específicos de textil, organizaciones que recogen ropa o plataformas de venta o intercambio que tienes a mano en tu zona y da una segunda vida a tu ropa. Por nuestro Planeta y por poder seguir disfrutando de la moda que tanto nos gusta.