Como comentábamos en un post de la semana pasada, la industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta debido a su complejo y globalizado modelo de producción. Es responsable del 8% de las emisiones mundiales de CO2.
Hoy queremos poner el foco en la primera parte de su cadena productiva: desde la obtención de materiales primas hasta la confección de las prendas.
Una industria intensiva en emisiones
Nuestra ropa puede estar fabricada con fibras naturales de origen vegetal (algodón, lino, cáñamo…), con materiales naturales de origen animal (lana, cuero u otro tipo de piel), o con fibras sintéticas derivadas del petróleo (polyester, elastano, acrílico, etc.). En cualquiera de los tres casos, la obtención de dichas fibras y materiales y su posterior transformación en tejido es un proceso altamente industrializado.
Los tratamientos a los que a continuación se someten los tejidos y la confección de las prendas, con sus tintados, estampaciones, procesos desodorantes (muy habituales en tejidos sintéticos), tratamientos ignífugos (obligatorios en muchos países para las prendas de ropa infantil), modificaciones en la textura (por ejemplo el efecto desgastado en los vaqueros), etc., son también muy intensivos en uso de energía. Ambos procesos conllevan una gran parte del mencionado 8% de emisiones de CO2 a la atmósfera.
Por eso desde Humana queremos lanzar la reflexión del CO2 que representa para el planeta las prendas que vestimos, las prendas que tenemos, las prendas nuevas que compramos. Hay infinidad de estudios que han hecho cálculos en esta línea. Por ejemplo, los Kgs de CO2 que suponen unas zapatillas de deporte, o una cazadora, una camiseta, o unos vaqueros.
Si hacemos la suma, ¿cuántos Kg de CO2 hay en nuestro armario? ¿Cuántos hemos comprado a lo largo del último año? ¿Cuántos hemos comprado a lo largo de nuestra vida? Puede parecer que una prenda concreta no tiene mucho impacto, pero cuando pensamos en estas cifras es mucho más fácil ser conscientes de nuestra huella ecológica, del CO2 que nuestras compras suponen para el medio ambiente.
¿Cómo podemos reducir las cifras?
Hay ya varias marcas de moda que están trabajando en pos de la circularidad, introduciendo medidas que recorten las emisiones en todos los eslabones de la cadena productiva. Investigando el origen de las prendas que compramos y optando por productores responsables podemos reducir mucho las emisiones asociadas a las prendas que vestimos.
Desde Humana promovemos la reutilización, porque con la moda secondhand promovemos la reducción del CO2 asociado a la extracción de materias primas y a la producción.
Como consumidores también podemos reducir las cifras aprovechando bien las prendas que tenemos ya en el armario y comprando solo lo que necesitamos. Si además donamos la ropa que ya no utilizamos permitimos que tenga una segunda vida estableciendo un modelo circular para la moda.
Y tú, ¿tienes alguna idea sobre cómo comprar más sostenible? 🙂