JOIN THE SECONDHAND REVOLUTION

Hoy inauguramos la Fashion Revolution Week. En 2013, el 23 de abril el deterioro del edificio Rana Plaza en Dacca, Bangladesh, provocó su derrumbe, matando a 1.134 personas que trabajaban en su interior, e hiriendo a 2.437.

Rana Plaza es una de las múltiples fábricas de Asia Pacífico en la que se hacinan miles y miles de personas que fabrican ropa para grandes cadenas de moda, las conocidas como fast fashion.

No fue la primera ni ha sido la última vez que ha habido una tragedia similar, pero lo que diferencia lo ocurrido aquel 23 de abril del resto es que dio lugar al nacimiento del movimiento Fashion Revolution. Entonces una serie de personas y organizaciones se unieron para denunciar lo ocurrido, reclamar responsabilidades y concienciar para frenar un modelo de producción y consumo que no es sostenible, ni para el Planeta ni para la vida.

En la actualidad existen infinidad de organizaciones y empresas que han revolucionado el sector y están incorporando prácticas más sostenibles en la producción o implantando modelos de negocio diferentes, fundamentalmente basados en la reutilización (upcycling, alquiler de prendas, secondhand, etc.).

Y es que tiene sentido pensar en la reutilización como primer paso hacia la sostenibilidad en moda: el frenético ritmo de consumo de las últimas décadas hace que haya en circulación infinidad de prendas a las que se les puede dar una segunda vida. Está claro, la prenda más sostenible es la que ya está fabricada.

Muchas de estas nuevas prácticas están llegando además de la mano de organizaciones sin ánimo de lucro o empresas con espíritu de impacto positivo, que reinvierten total o parcialmente sus beneficios en proyectos sociales y medioambientales.

Pero no todo está en manos de quienes establecen la oferta de moda, quienes consumimos tenemos también mucho que decir. Puede parecer que nuestras acciones individuales no tienen gran repercusión, pero los millones de personas que habitamos en este Planeta realmente tenemos capacidad de cambio.

Por ejemplo, la Federación Humana People to People, a la que pertenece Humana en España, impactó en 2020 a 12 millones de personas a nivel global con sus proyectos de cooperación. Y todo esto ha sido posible porque personas como tú habéis decido donar la ropa y calzado que ya no usáis o comprar moda secondhand en alguna de nuestras tiendas. Por eso nos gusta decir que tu ropa sirve para mucho más, y tus compras también.

El consumo consciente es fundamental en este cambio: si entendemos que con nuestras compras estamos validando un modelo de negocio que tiene un impacto determinado en comunidades concretas y en el medio ambiente, podemos tomar las decisiones de compra que más se ajusten a nuestros valores.

A nivel global, los recursos necesarios para mantener nuestro ritmo de producción y consumo al año equivalen a un planeta y medio. Hemos sobrepasado nuestra biocapacidad sobradamente, los datos son irrefutables y esto no es sostenible. Solo optando por la economía verde y circular, y por la social y solidaria, podemos revertir esta tendencia y dejar a las siguientes un mundo habitable y justo.

Así que, ¿te unes a la revolución del secondhand?

Si quieres conocer más sobre o implicarte en el movimiento Fashion Revolution visita su web.

Ser parte de la solución

Si algo nos ha enseñado el pasado 2020 con la pandemia mundial que aún estamos viviendo, es que en este mundo globalizado todo está estrechamente conectado y las dependencias de unos países con otros son más complejas de lo que en ocasiones resulta conveniente. Esto, además de generar desigualdades, provoca que la producción de productos altamente manipulados, como el textil, tengan una huella de carbono desproporcionada.

Sería deseable que España, igual que el resto de países en situación similar, recuperaran la producción de moda que había hace décadas. Desde luego esto reduciría esos viajes intercontinentales de la ropa de los que hablábamos hace unas semanas, y además contribuiría a generar empleo local.

Pero mientras esto llega, también podemos contribuir a reducir esta alta huella de carbono y seguir disfrutando de la moda, se puede disfrutar de la moda y sin ser parte del problema.

Photo by Amanda Vick on Unsplash

Puedes ser parte de la solución comprando local, buscando las marcas que producen en España o en Europa. ¡Hay más de las que parece! No serán grandes cadenas, pero con esta acción contribuyes además a diversificar la oferta de moda en el mercado.

Puedes ser parte de la solución reduciendo tu consumo, sin dejarte llevar por los fads de una temporada o por tendencias que no van contigo: compra lo que necesites y haz que dure. Así contribuirás a que se reduzca el número de prendas en circulación.

Puedes ser parte de la solución comprando secondhand o intercambiando ropa. La prenda más sostenible es la que ya está fabricada, así que si ya está cerca de ti porque la ha vestido otra persona, nos ahorramos un viaje internacional de una prenda nueva.

Puedes ser parte de la solución poniendo en circulación las prendas que ya no utilizas: dónalas, regálalas, intercámbialas o incluso véndelas. Las ropa está para ser vestida, así que si no la usas tú, otra persona la podrá aprovechar y evitaremos así más viajes internacionales.

Mucho tiene que cambiar todavía a nivel empresarial y gubernamental para paliar el alto impacto que la moda tiene en el Planeta, pero como consumidores, además de demandar cambios a gobiernos y empresas, podemos aportar pequeños cambios con gestos que suman mucho.

Y tú, ¿tienes alguna otra propuesta para ser parte de la solución?  

Tu ropa ha viajado más que tú

Si eres una persona muy viajera puede ser que no, pero para la mayoría es cierto: cuando vas a una tienda de tu ciudad, cualquier prenda que cojas o te pruebes, es probable que haya viajado más que tú.

En el mundo global como en el que vivimos, los procesos de producción a gran escala son también globales. Pongamos el ejemplo de una camiseta de algodón, el tejido de fibra natural más utilizado en moda:

  • Los principales países productores de esta materia prima son India, Estados Unidos, China y Brasil.
  • La confección de la hilatura o de la prenda pueden ocurrir o no en el mismo país, pero por simplificar asumamos que ambos trabajos se realizan en la misma ubicación.
  • La producción de moda está en su mayoría externalizada a países con costes de mano de obra y control medioambiental muy bajos. Los más habituales: China, Bangladesh y Vietnam.

Si recapitulamos, es posible que ya llevemos dos continentes en nuestra mochila, y si tenemos en cuenta que las compras las haremos en Europa, pues fácilmente la camiseta de algodón que nos acabamos de comprar en una tienda cualquiera ha pasado por dos o tres continentes.

Foto de Luis Morera vía Unsplash

La pregunta es clara, ¿hace falta todo este viaje? ¿Es necesario consumir tanto combustible en forma de transporte aéreo, marítimo y/o terrestre por ahorrarnos unos euros en una camiseta? ¿Tiene sentido que tu camiseta haya visto más mundo que tú?

Empieza a hacerse imprescindible revisar nuestro consumo, reflexionar sobre el modelo que estamos potenciando con nuestras compras y, desde luego, optar por marcas que apuesten por la producción localizada o por el reaprovechamiento de los recursos que ya existen, es decir, por el secondhand. Por eso no nos cansamos de decir que la prenda más sostenible es la que ya está fabricada.

Y tú, ¿sueles preguntarte por la procedencia de tu ropa?

Fuentes: Vogue, Expansión, El Orden Mundial, Fashion United, Magnet


Conoce todas nuestras tiendas secondhand y encuentra tu favorita para ir de shopping sostenible: en ellas, todas tus compras tienen fin social y ayudan a proteger el medio ambiente.

Si deseas obtener información o saber más acerca de la Fundación y los proyectos que apoyamos, entra en humana-spain.org o envíanos un email a atencionalcliente@humana-spain.org y te atenderemos encantadas.

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¿Afecta tu rutina con la ropa en casa al Planeta?

¿Alguna vez te has planteado si tus rutinas en casa con la ropa pueden tener un impacto medioambiental? ¡Pues lo tienen! No es equiparable al impacto de producción de moda, ni mucho menos, pero mientras exigimos a las grandes empresas productoras de moda que hagan su parte, nosotros en casa podemos hacer la nuestra.

Ya vimos en un post anterior cómo comprando secondhand podemos evitar consumo de energía, ya que nos ahorramos la parte asociada a la producción. Pero una vez que ya tenemos la prenda en nuestro poder, en casa podemos llevar a cabo pequeños gestos que nos ayudarán a reducir nuestro consumo eléctrico, y además nos ayudarán a ahorrar y facilitarán que nuestra ropa se desgaste menos.

Foto de Filip Moroz vía Unsplash

Lava la ropa solo cuando sea necesario. Evitarás poner más lavadoras de las necesarias y desgaste de las prendas.

Llena bien la lavadora. Hay máquinas muy inteligentes que adaptan el agua y el ciclo a la cantidad de ropa que tienen dentro, pero está claro que dos lavadoras medio llenas siempre van a consumir más que una completa.

Cuando tengas que comprar una lavadora, elige una con calificación energética A+++. Lo notarás en el consumo ¡y en la factura!

Evita el uso de la secadora todo lo posible. Si puedes tender al aire, además de ahorrar energía y dinero, tu ropa sufrirá menos.

La plancha es un pequeño electrodoméstico que consume muchísimo, por eso puedes evitar su uso planchando solo las prendas que realmente lo necesitan y tendiendo la ropa justo cuando termine el ciclo de la lavadora y estirando bien la ropa, para que no se generen arrugas.

Y ya para el 10, puedes optimizar el uso de la plancha acumulando muchas prendas para planchar todas a la vez una vez que te pones a ello. Evitarás todo el consumo de energía asociado a su calentamiento.  

Y tú, ¿tienes alguna otra estrategia para reducir tu consumo eléctrico en el mantenimiento de la ropa en casa?