Moda y contaminación del agua

He visto ríos de pueblos (en Asia) del color de moda de la temporada del vaquero de Occidente. Hace ya algo más de tres años que María Almazán, fundadora de Latitude, pronunciaba esta demoledora afirmación en el episodio Fashion Victims del programa «Salvados» en La Sexta. Sin embargo, todavía pocos consumidores son conscientes de que la ropa que visten supone una grave contaminación del agua, tanto en el lugar en el que se produce como en el que se viste.

La contaminación del agua en el proceso de fabricación de textil va mucho más allá de los tintes, está presente en toda la cadena productiva: desde la contaminación de los acuíferos cercanos a los monocultivos de algodón, debido al constante uso de pesticidas, hasta el tratamiento del tejido con diversos productos químicos para evitar arrugas, desodorantes y tratamientos ignífugos (muy habituales en el trabajo con fibras sintéticas).

moda_sostenible_humana_secondhand_agua_reutilización_eco_fashion.jpgY a pesar de todo, el impacto de productos químicos tóxicos no se queda exclusivamente en los países en los que se fabrican las prendas (uno de los motivos por los que es más barato producir allí es la laxa o inexistente regulación en materia de emisiones y vertidos), sino que afecta también a los países compradores, principalmente Occidente. Llega a través del agua de las lavadoras en las que los consumidores lavamos estas prendas y a través de filtraciones en los acuíferos cercanos a los vertederos. Cada persona desecha cada año entre 30 y 40 Kg de ropa al año de media y solo el 10% tiene una segunda vida; el resto, acaba en un vertedero en el mejor de los casos.

El dato es demoledor: para obtener 1 Kg de tejido de algodón se emplean 3 Kg de productos químicos. 

Una vez más, se hace necesario que los poderes públicos a nivel internacional pongan límite a la contaminación del agua por parte de los productores. Pero también como consumidores tenemos la responsabilidad de optar por marcas responsables en su producción y de consumir de una forma racional, sacando el máximo partido a las prendas ya fabricadas, bien sea a nivel doméstico o en el mercado de segunda mano.

En Humana también lo tenemos claro y optamos siempre por la reutilización como primer paso para frenar el consumo desmedido de recursos: la moda no debería costarnos el Planeta. 

Y tú, ¿eras consciente del impacto en el agua de la ropa que compras?

 

Si quieres profundizar sobre el tema puedes consultar estas fuentes de referencia:
Informe Global Warming of 1.5 ºC, elaborado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU. 2018.
Informe Measuring Fashion, elaborado por Quantis y Climate Works Foundation. 2018.
Informe A New Textiles Economy: Redisigning Fashion’s Future, elaborado por Ellen MacArthur Foundation. 2018.
Artículo Style that’s sustainable: A new fast-fashion formula, elaborado por McKinsey & Company. 2016.
Fashion Revolution
Informe Destination Zero: seven years of Detoxing the clothing industry, elaborado por Greenpeace. 2018.
Informe Changing Fashion. The clothing and textile industry at the brink of radical transformation, elaborado por WWF. 2018.
Informe Carnet de vie d’un jean, elaborado por ADEME (Agence de l’Environnement et de la Maîtrise de l’Énergie). 2014.
Informe Environmental assessment of Swedish fashion consumption, elaborado por Mistra Future Fashion. 2015.
Calculadora Reutiliza y Evita CO2, elaborada por AERESS (Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria).

Moda y medio ambiente

Como ocurre con toda industria, la moda tiene un efecto sobre nuestro entorno: desde el cultivo de algodón para obtener fibras naturales al proceso de fabricación de tejidos sintéticos, siguiendo por la confección y distribución de las prendas, y terminando en el final de su vida útil. Cada prenda de ropa que vestimos deja huella en el medio ambiente en forma de emisiones de CO2, de consumo de recursos hídricos y energía, de contaminación de agua, o de uso y erosión del suelo.

El informe elaborado por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC)  presentado en la COP24 que se acaba de celebrar en Katowice-Polonia, señala que la temperatura del Planeta aumentará en 1,5 grados centígrados en una década a menos que se tomen medidas urgentes para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2).

2018 ha traído nuevas evidencias de que el cambio climático está teniendo consecuencias cada vez más graves, que van desde las olas de calor en el Ártico hasta el aumento del nivel del mar y el incremento de la acidificación de los océanos.

La industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta. ¿Y por qué lo es? Porque su producción es muy compleja e intensiva en uso del suelo, en consumo de agua y en emisiones: representa el 8% de las emisiones globales de CO2*.   

Cuando confluye una producción altamente compleja y contaminante con un consumo exacerbado y una fabricación deslocalizada de los países en los que se utilizará la mayor parte de dicha producción, obtenemos la «tormenta perfecta» de la contaminación: un nivel de emisiones comparable al global de toda Europa.

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Aunque haya motivos de alarma no está todo perdido, lo importante es actuar. A lo largo de los próximos meses iremos desglosando el modo en que la moda afecta al medio ambiente y las diferentes acciones que podemos llevar a cabo a título individual para revertir la situación. Empezando por la reutilización.

Mientras tanto nos encantaría que compartieras con nosotros tus iniciativas para disfrutar de la moda de manera sostenible 🙂 

*Fuente: modaes.es