El pasado 17 de mayo se celebraba el Día Internacional del Reciclaje, fecha marcada por la UNESCO para concienciar sobre la necesidad de reciclar con el fin de prevenir el rápido agotamiento de recursos naturales. En la industria de la moda el reciclaje es imprescindible para frenar el impacto negativo que esta tiene en el planeta, tanto en el elevado consumo de recursos como en la exagerada generación de residuos que amenazan al Planeta.
Reciclar es fundamental para garantizar el máximo aprovechamiento de los materiales. Reciclando se reducen las emisiones de CO2 y y el consumo de agua y otras materias primas asociadas a la extracción y producción de nuevas prendas.
Sin embargo un reciclaje efectivo no consiste solo en convertir un tejido viejo en uno nuevo, sino que supone diseñar teniendo en cuenta el fin de vida del producto, para que el reciclaje sea lo más eficiente posible y así llevar a cabo una transición hacia la moda circular.
A pesar de todo no debemos perder de vista las ya consabidas 3 R de la sostenibilidad: Reducir, Reutilizar y Reciclar. El reciclaje debe ser siempre la última acción. Es fundamental empezar por la primera R, por reducir. Debemos reducir nuestro consumo, evitando las compras compulsivas y comprando solo lo que necesitamos.
Antes de reciclar debemos actuar conforme a la segunda R, reutilizar. Aprovechando las prendas que ya existen, ya sea rescatándolas del fondo de tu armario, haciendo un intercambio con personas cercanas o comprando de segunda mano, protegemos al Planeta, ya que la prenda más sostenible es la ya fabricada.
Y por supuesto, cuando la moda ya no se puede reutilizar más, es momento de reciclarla. Si ha sido bien diseñada será un proceso sencillo y eficiente en el que se recupere la gran mayoría de los materiales y se pueda crear una nueva prenda.